viernes, 7 de junio de 2013

PENSAMIENTO POLÍTICO DE DON JOSÉ DE SAN MARTÍN Y SIMÓN BOLÍVAR


Según las consideraciones de Manfred Kossok, el periodo de la independencia pasó por dos momentos bastante bien definidos. Por un lado, la etapa temprana donde se formaron las Juntas de Gobierno en Hispanoamérica y se promovieron proyectos regionales. La etapa tardía, por otro lado, en la que se basaron las autonomías regionales en busca de un proyecto de carácter continental. Aquí es donde encajan las campañas de San Martín y Bolívar. Por lo tanto para consolidar la independencia era necesario pasar por un proceso de maduración.
El tiempo de San Martín y Bolívar aportó la organización militar de la que carecía nuestra generación precursora, la conducción de lo bélico y lo político en manos que tenían profunda experiencia, carisma, certidumbre y, por último, la verdad cierta y objetiva de la unidad de la emancipación del mundo hispanoamericano.
En tanto que Bolívar luchaba para libertar la franja norte de los países sudamericanos, San Martín luchaba de la misma manera en el sur. En efecto, las fuerzas de estos dos grandes generales eran las garras de unas gigantes tenazas, los dos apuntaban, hacia el último fuerte del poderío español, Perú. Como Bolívar, San Martín era un genio militar, pero de una especie totalmente distinta. Donde Bolívar era táctico brillante, San Martín era un estratega magnífico y proyectaba cuidadosamente.
El pensamiento político de San Martín se basa en la instauración de una Monarquía Constitucional similar a la de la corona inglesa, ya que esta era la fórmula adecuada para evitar la entronización de la anarquía en la América española; asimismo considera que el instaurar monarquías autónomas en los antiguos reinos indiano-hispánicos sería un antídoto contra su posible disgregación causada por el incremento de los sentimientos localista. Así es que todos sus esfuerzos se encaminaron a prepararle el terreno. Conservó la nobleza, nacionalizándola, tanto para que sirviera de ornato al trono, como para no chocar con la fuerza social que representaba. Los títulos de Castilla pasaron a denominarse títulos del Perú. A su lado constituyó la Orden del Sol, para crear una aristocracia del talento, del valor y las virtudes cívicas. Además, el legado político de San Martín implica, para todos aquellos movilizados por los valores de la libertad, del respeto a la voluntad popular, la democracia y el respeto a los preceptos constitucionales, rescatar el espíritu eminentemente libre desde donde se asienta la grandeza de sus convicciones de independencia. Por otro lado el pensamiento y el proyecto político de Simón Bolívar no pueden comprenderse sino en sintonía con las doctrinas que dieron nacimiento a los EE.UU. de Norteamérica y a la Revolución Francesa. Siempre creía en la democracia, su meta final fue esa, las continuas luchas para la creación de sociedades democráticas en la antigua América española. Simón Bolívar predica con ejemplo la subordinación de la institución armada, majestad suprema del poder civil de entonces, sin embargo a pesar del mandato civil, siempre obedeció a la visión enana de ambiciones envilecidas, por ello nunca perdió dignidad. Tenía la fuerza, el prestigio, la autoridad moral y la suficiente razón para hacerlo, sin embargo nunca lo hizo. Tomó siempre el camino de la obediencia institucional y lo demuestra cuando entrega el mando a Sucre. En conclusión podemos esbozar que este pensamiento tiene una gran divergencia al pensamiento de San Martín ya que tiene ideas de integración tanto en el plano económico, social y político; en el ámbito político, buscaba la integración y defensa continental de Hispanoamérica frente a la Santa Alianza, EE.UU. y Brasil, además buscaba un gobierno fuerte para mantener la estabilidad política de esta región y es por ello que opta por el sistema de gobierno republicano. La República es un sistema de gobierno en que el poder reside en el pueblo, personificado por un jefe supremo llamado presidente. Como es de conocimiento, en el Perú se instauró un sistema republicano que a la vez trajo muchos conflictos internos con el objetivo de llegar al poder.
Podemos rescatar que las concepciones políticas sanmartinianas no lograron arraigar entre los americanos; su patria, Argentina, vivió aciagos días de pugnas fratricidas; el Perú, tras el colapso del Protectorado sanmartiniano, cayó bajo la influencia de varios caudillos rivales y sufrió un largo período de caótica inestabilidad. En tanto que las concepciones políticas bolivarianas aun muertas, cada día son más fuertes en la vida del continente sudamericano. Bolívar soñó en la unificación de todos los países en los que luchó, porque veníamos de raíces similares, pero la ambición y la traición evitaron esta unificación, que ahora busca manifestarse mediante diversas organizaciones latinoamericanas.

Día de la Proclamación de la Independencia del Perú
Palabras históricas del General Don José de San Martín, en medio de la Plaza Mayor de Lima, aquel 28 de julio de 1821: "El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos, y por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia!"
El general argentino, Don José de San Martín (1778-1850) tenía la idea de que la única manera de consolidar la independencia en los virreinatos sudamericanos era independizando el Perú. 
Según algunos historiadores, la firma del acta de la Independencia el 15 de julio por parte de la aristocracia limeña y la posterior declaratoria el 28 del mismo mes fueron simples formalidades. La real independencia del Perú se lograría con la derrota de las tropas realistas acantonadas en los Andes.
La mayoría de los historiadores coincide que el proceso más antiguo que dio origen a la independencia del Perú fueron las reformas borbónicas. Este largo periodo en que una serie de medidas políticas y económicas restrictivas y represivas provocó que una amplia gama de sectores, criollos, mestizos e indios participaran en movimientos sociales en los sectores geográficos donde las reformas afectaron de manera más aguda. Sin embargo, las ideas reformistas que se expusieron en la época, en los planes políticos de los levantamientos, junto a algún discurso separatista ligado a un milenarismo indígena, no tuvieron los resultados inmediatos esperados.

En vez de dividir a la población en españoles y peruanos o americanos, los levantamientos y rebeliones separaron a las elites criollas y mestizas de las masas indígenas, pues las primeras temían que un desborde popular transformase la estructura jerárquica de la sociedad colonial. Por último, si bien durante esta época se dieron pugnas entre la elite limeña y la provinciana, éstas no fueron decisivas en el posterior proceso de independencia, brindando más bien apoyo una vez que los ejércitos libertadores ya se encontraban en territorio peruano, como en el caso de las montoneras o las donaciones.

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